El Gobierno de Tokio ha alertado a la población a no dar agua del grifo a los bebés, después de detectar en las plantas potabilizadoras de la ciudad niveles de radiactividad superiores a los considerados saludables para los niños, según informa la agencia de noticias Kiodo. Las autoridades metropolitanas han registrado 210 becquerelios de yodo radiactivo en el agua tokiota, cuando lo habitual es encontrar 100 becquerelios en su composición. La contaminación afectaría al suministro de la capital y al de cinco distritos suburbanos.
Desde el martes, operarios de la Agencia de Seguridad Nuclear realizan controles de los niveles de radiación en el agua marina que baña las costas de Fukushima, donde se ubica la central más afectada por el terremoto de nueve grados en la escala de Richter que el pasado 11 de marzo azotó la costa noreste del país. En opinión del subdirector general de este órgano, Hidehiko Nishiyama, la radioactividad en el mar podría deberse al agua utilizada para enfriar los reactores de la planta o por las partículas expulsadas desde sus instalaciones.
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